BIENVENIDOS

Bienvenidos a este rincón literario, en el que la obra que nos ocupa es
una creación aún en desarrollo a modo de blog novela, donde volando décadas
hacia un futuro que un día llegará, descubrimos una sociedad altamente
tecnificada, pero en la que aún sigue existiendo un gran abismo social entre
unos y otros...más aún si desarrollan una mutación de un gen que les permite
hacer cosas excepcionales -Los avariciosos no lo podrían dejar
pasar...


Poneos cómodos...y cuidado con quién descubre qué secretos duermen en vuestro código genético.

Lucy F - Rosy Martínez Tello

miércoles, 14 de noviembre de 2012

II - EL ABUELO


Año 2097:

El año se presentaba excepcionalmente cálido. Ninguno de los habitantes de Londres recordaba condiciones climáticas tan extremas como las que se estaban dando. Noticieros  y pantallas enormes en las calles de la ciudad, así como macroproyecciones ambientales, recordaban al transeúnte la necesidad de proveerse de agua potable en cantidades suficientes para su uso y consumo personal, con especial atención a las familias.

Entre la marea humana de las bulliciosas calles de la ciudad, caminaba un muchacho joven, con paso apurado, un chico atractivo de penetrante mirada grisácea. Pronto salió de la transitada avenida para adentrarse en una relativamente tranquila bocacalle, donde un anciano le esperaba en la puerta de un viejo local en el que se leía un gran cartel “Taller Mecánico”.

--¿Y bien? – preguntó afable el anciano: --¿ha habido suerte, Lobo Gris?

El chico lo miró y sacando unos tubos metálicos que llevaba envueltos en unos trapos, los mostró y con una felicidad sencilla, sonrió al hombre mayor.

--Sí abuelo fíjese, son auténticos. Me ha costado mucho conseguirlos.

Aquel abuelo se emocionó y comenzó a identificar las partes y ponerse manos a la obra en un plan que sólo él parecía conocer. El chico entró en el local y buscó algo de comer y un lugar fresco para descansar.

Hacía ya tres años que convivía con ·el abuelo. Se había convertido poco a poco en su única familia, y lo quería mucho, siendo uno de los pocos que toleraba sus excentricidades. El abuelo se dedicaba a la reparación y mantenimiento de vehículos de propulsión aérea, y mantenía su pequeño taller siempre en funcionamiento con algún trabajo, casi siempre encargado por los vecinos más cercanos, pues no le gustaba anunciarse en los medios de difusión masiva. Pero esto no era todo, el abuelo también tenía una afición, que muy pocos conocían: el armado de antiguos automóviles. Los automóviles sencillos habían desaparecido hacía media década, ya que ahora todos los medios de transporte eran alimentados por energías “gen-mod” o “gen-modified”, una peligrosa biotecnología extraída de las capacidades diversas de unos pocos para la generación espontánea de electricidad que posteriormente desarrollaba una relativamente larga vida útil en artefactos tecnológicos.

El abuelo recordaba haber usado los viejos automóviles muchas veces, y había explicado una y otra vez al chico que algún día la energía gen-mod iba a decaer, y entonces con las viejas chatarras que rearmaba, iba a poder recrear la movilidad en un mundo caótico. El abuelo contaba y contaba, no se cansaba de narrar, relatos del pasado. De sus propios antecesores, a los que llamaba nativos orgullosos. Sin duda, el abuelo no tenía las raíces en este continente.

--Lobo Gris, ¿qué novedades hay ahí afuera?



--Nada extraordinario, abuelo. El Gobierno está haciendo lo de siempre, campañas publicitarias sobre la necesidad de agua potable y que nos debemos proveer de ella mientras que mantienen la escasa reserva en su poder, y la siguen vendiendo a precios imposibles.

El abuelo refunfuñó: --bastardos; mientras por otra parte se veía bastante emocionado con los tubos de escape que el chico le había traído--Así es, como te he dicho, y ya lo era cuando nos conocimos ¿te acuerdas, pequeño?

Jake había conocido al abuelo hacía tres años, cuando se escapó del lado de su hermana, Miranda. Había corrido mucho. Había sorteado muchos obstáculos, llorado como un bebé y terminado dormido en la bulliciosa vereda de la avenida, sin que nadie reparara en su presencia. Como un mendigo. Después de todo, había mucha gente empobrecida y no era algo excepcional ver chicos, hombres y mujeres sobreviviendo y malviviendo en las calles. Pero él tuvo suerte aquél día, porque el abuelo lo despertó suavemente y le ofreció su amistad. Jake se preguntó por qué, pero al final supuso que sería algo del destino, y no tardó en sentirse cómodo con aquel peculiar hombre que no hacía preguntas y parecía tener sólo amabilidad para ofrecer. ¡Y trabajo! Era bueno buscando piezas y su vagar comercial le hacía pasar desapercibido como otro mozo de taller más. Además, así se sentía merecedor de su cama y comida por méritos propios. El abuelo nunca le había preguntado su nombre, y al principio Jake se mostraba reacio a cualquier tipo de diálogo largo, así que simplemente lo llamó “Lobo Gris”; por el gris de sus expresivos ojos. Ahora que lo pensaba, tampoco sabía el nombre del abuelo, era simplemente “el abuelo”. Jake rio la repentina ocurrencia ¿cómo va a tener nombre el abuelo? El abuelo es el abuelo claro está- y rompió a reír.

--Acá, muchacho, mira este viejo automóvil. Es casi como el que usaban a principios de siglo, o eso quiero pensar.--Corrió una cortina y dejó al descubierto el vehículo.- Lo único triste es que no puedo hacer arrancar el motor, necesitaríamos un generador de energías renovables y limpias, como las del viento y el agua.

Jake lo curioseaba sorprendido de la capacidad de trabajo del anciano. Los tubos que había traído no servían para nada en aquél modelo pero el abuelo parecía tener planes futuros para ellos.

--Bien hecho, abuelo...-Jake se volvió a reír en aquel feliz día apoyado contra el reparado capó de aquél automóvil. Y otra vez volvió a pensar “Cómo va a tener nombre el abuelo…” y mientras una carcajada feliz se escapaba de su boca, algo empezó a vibrar bajo su mano.

RRRrrrrmmmmm….

--¡¡¡¡Es el motooorrrrrr!!! ¡FUNCIONA!

La risa hasta ese momento alegre y viva de Jake se detuvo instantáneamente, rápido como un lobo asustado, apartó la mano del coche y retrocedió, a la par que el abuelo corría entusiasmado hacía el coche, observando el vibrar de este con sus ojos brillando de infinita felicidad, mientras sus oídos se deleitaban con el potente y orgulloso rugido del motor.

--¿Qué has hecho Lobo gris?, ven aquí, dime que has tocado exactamente, llevo semanas maldiciendo este trasto porque pensé que era defectuoso y como comprenderás, después de pagar tres garrafas de agua por él, no sería nada agradable.

De toda la parrafada que acababa de soltar el abuelo, Jake, no había comprendido nada por el simple hecho de que no había escuchado ni una sola sílaba, ante su silencio, el abuelo se giró mientras decía entusiasmado:

--No seas tímido chico, ve…

Callo sus palabras antes de terminar la frase que iba a formular y se quedó mirando fijamente a Jake, quien se encontraba perturbado:

--Te lo dije abuelo.

Más aterrado que sorprendido, Jake se giró para encontrarse con Mar, la verdadera y según creía única nieta real del abuelo.

--Cierra el taller pequeña, Lobo gris, acompáñame.

El tono del abuelo era el de siempre, pero Jake ahora ya no estaba muy seguro de querer seguir allí, comenzó a caminar hacía atrás, ¿y si el abuelo resultaba ser como Miranda y todos los demás con los que se había topado en el pasado?

Sin poder controlar el miedo, sus recuerdos de lo sucedido antes de esos tres años de paz lo asaltaron, chocó contra la cortina que antes había corrido el abuelo y se enredó en la misma, cayó al suelo y comenzó a luchar con desesperación contra esta pero sus nervios eran tales que no conseguía más que enredarse en ella:

--YA ESTÁ BIEN CHICO. ¿Quieres calmarte Lobo gris?

Acostumbrado en el pasado como estaba a obedecer en el acto, pues sino el castigo era escalofriante se detuvo en seco, el abuelo cortó la cortina y lo liberó, sus ojos y los de este se encontraron, los ojos del abuelo mostraban preocupación, ¿cuándo fue la última vez que alguien lo había mirado con esa expresión en su rostro?

El abuelo alargó la mano para ayudarlo, pero él la apartó como acto reflejo, cuando sintió un calambre en su hombro se puso rápidamente en pie, al girarse para ver quien lo había tocado se encontró con que Mar se sujetaba la mano y se la miraba, cuando se encontró con los ojos ámbar de ella se le cortó la respiración;

--¿Qué…Tú…?

--Será mejor que entremos en casa, ¿has cerrado bien el taller, pequeña?

Mar asintió al abuelo y se soltó la mano, ella fue la primera en caminar hacía la puerta que daba a las escaleras que los llevaban al apartamento nada ostentoso del abuelo.

El abuelo fue el segundo en entrar, Jake no estaba muy seguro de si seguir sus pasos o caminar hacía el otro lado y salir de allí corriendo, al final recordó la mirada del abuelo y decidió seguirlo, siempre podía usar sus “talentos” para irse.

Entró en la cocina, el lugar de donde provenían los ruidos y el movimiento, Mar estaba sentada en una silla a la mesa, mientras el abuelo preparaba algo:

--Eres toda una caja de sorpresas Lobo gris, pero ahora sé que puedo confiar ciegamente en ti.

Mar hizo un sonido despectivo mostrando su desacuerdo ante esa afirmación, el abuelo sonrió:

--Sí querida mía, sé que el chico te ha hecho algo de daño, pero entiende que estaba asustado por nuestra reacción, algo comprensible en estos tiempos que corren, ahora entiendo muchas cosas.

Al pronunciar esas últimas palabras, el abuelo parecía sumergido en algún recuerdo pasado, depositó ante él un plato con una sopa con más fideos que otra cosa:

--Hay que guardar el agua.-- Dijo simplemente, Jake no contestó, ni siquiera cogió la cuchara para comer: --No está envenenada Lobo gris.

Le sonrió ante su cara de desconcierto y lentamente alargó su mano hacía la cuchara y la metió en el plato:

--Tenemos muchas cosas de las que hablar, pero esperaré a que estés listo para saberlas, todo seguirá igual que hasta ahora Lobo gris.

Mar y el abuelo comenzaron una conversación entre ellos sobre los tubos que él mismo le había conseguido, Jake no apartó la mirada de su mano y su cuchara en todo momento hasta que terminó con la sopa, una vez soltada la cuchara, miró a Mar fijamente y después al abuelo. Eran familia y ahí estaban, una con el gen-mod y otro sin él, ¿por qué ellos podían convivir?

1 comentario:

  1. Hola de nuevo! :)

    Sin duda la historia avanza solita, pero como te comenté en el capi anterior, falta más descripción física...

    Aunque bueno yo me imaginé al abuelo al estilo George Clooney.

    Espero el próximo capi. Saludos!

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