Jake
despertó sobresaltado y sudando frio, ¿por qué había soñado con eso?, intentó
llevar su mano hasta su rostro, pero se encontró con que Mar estaba apoyada
sobre él.
Con
cuidado de no despertarla la apartó y la dejó descansando contra el hombro de
Nólan, miró a este unos segundos, ¿cómo era posible que se hubiesen vuelto a
encontrar?
Y
lo peor es que estaba seguro que su relación no mejoraría en lo más mínimo,
miró al frente, el abuelo y Juan dormían plácidamente, volvió su vista a Nólan
y notó que faltaba alguien en el coche, ¿dónde estaba la chica de cabello
negro?
Miró
a su alrededor, aún era de noche, ¿habría escapado?, desde un principio ella no
deseaba viajar con ellos, pero tampoco es que pudiera ir demasiado lejos en
pleno desierto.
Intentando
hacer el menor ruido posible abrió la puerta del auto y salió, lo primero que
hizo fue encogerse sobre sí mismo, hacía un frío de mil demonios.
Se
metió las manos en el mono que aún llevaba del taller, el taller, seguramente
ya no existiría, miró de nueva cuenta al auto, nunca debió entrar en la vida
del abuelo y su nieta, se la había arruinado.
Suspiró,
ya no había vuelta atrás, ahora solo podría protegerlos a ambos, pero, ¿cómo?,
Miranda acababa de demostrar que podía dar con él, ¿cómo lo habría hecho?
Comenzó
a alejarse y buscó en la oscuridad alguna señal de la otra chica, se sorprendió
al descubrir una luz a cierta distancia, caminó con cuidado hasta ella y vio a
la muchacha sentada en la arena, mirando su vara, la cual estaba clavada en la
tierra, era de esta de donde salía la luz.
Con
esa simple luz sobre ella, parecía más un fantasma que una muchacha, la miró
fijamente, estaba seguro de que no la había visto en su vida, ¿de dónde había
salido?
La
muchacha alargó la mano hacía la luz que desprendía la vara e hizo girar sus
dedos sobre la misma, formó una sonrisa en sus finos labios mientras veía las
sombras que sus dedos hacían sobre la arena.
Jake
la miraba intentando comprenderla, podía escapar, de hecho podría haberlo
hecho, ¿por qué seguía ahí?
Cansado
de tantas preguntas se acercó a ella, cuando estaba por poner una mano sobre su
hombro, se quedó helado al encontrarse con que había agarrado la vara y ahora
esta se encontraba bajo su cuello, la luz que desprendía hacía unos momentos
desapareció:
--¿Qué
crees que haces?
Escuchó
que ella le preguntaba, puso ambas manos hacía arriba en señal de paz y dijo:
--¿Quién
eres tú?, Nólan no para de decir que eres…bueno…: --Se sintió incómodo y
prefirió no seguir por ahí: --cuando realmente es la primera vez que te veo en
mi vida.
Ella
no bajó la vara de donde la tenía y Jake pudo ver sus ojos fijamente, eran de
un color aguamarina, y a la luz de la luna, parecían oscurecerse.
--Le
dije eso para que me ayudara a encontrarte, pero parece que piensa que con esto
nos molesta a ambos, ¿se cree divertido?
Sonrió
con cierta indiferencia y se encogió de hombros:
--No
lo conozco a fondo, solo su lado más violento, nunca hemos sido amigos.
--Y
no obstante viajáis juntos, y tú pareces ser muy manso, nada comparado a lo que
se dice de ti.
--¿Qué
se dice de mí?
--Muchas
cosas, pero sobre todo que eres peligroso.
--Y
lo soy. –sentenció de forma fría y decidida: --No te lleves a engaño, no soy un
niño bueno, que me comporte mansamente solo responde a que no estoy dispuesto a
que hieran al abuelo por atraparme a mí.
Y
tampoco a Mar, ambos se han portado bien conmigo, que no le demuestre a ella
que la aprecio, no quiere decir que no lo haga.
Para
su sorpresa la chica fue retirando la vara poco a poco de su cuello, antes de
darse cuenta la tenía frente a frente, tuvo que agachar su cabeza para verla a
los ojos, del mismo modo que ella tuvo que levantar la suya para verlo a él.
--Mi
nombre es Érida, Jake, y me gustaría poder ayudarte.
Extrañado
la miró en silencio durante un buen rato:
--No
me fio de gente a la que acabo de conocer, no esperes simpatía por mi parte, y
a la vista de lo de esta tarde, no creo que encuentres simpatías entre la gente
a la que vamos a conocer.
Érida
formó una sonrisa ladeada:
--Te
voy a contar algo sobre mí Jake, soy una chica a la que le gustan los retos.
Dejándolo
ahí parado, Érida se marchó, Jake no se giró a ver si volvía al auto o si iba a
otro lugar, había algo que no terminaba de gustarle de esta.
***
Érida
llegó donde el auto y miró hacía atrás, se sentía molesta, pese a que ese
muchacho era hermano de Miranda, no se parecían en nada.
Miranda
era más simpática, y sobre todo mejor persona, a ella la había ayudado desde
que la conocía, incluso si ahora era capaz de hacer lo que hacía, era gracias a
Miranda y los suyos.
¿Por
qué ninguno de los que había conocido parecían comprender que nada era como
ellos lo veían?
Miranda
los ayudaba, les daba una forma de poder existir entre los humanos corrientes,
sabía de sobre como trataban estos a los gen-mod, lo recordaba muy bien.
Eran
fríos y crueles, los golpeaban sin compasión y estaban dispuestos a matarlos si
hacía falta, Miranda los protegía, ¿cómo era posible que su propio hermano no
lo entendiera?
Recordó
lo que Jake había dicho sobre la muerte de Saray, la que era hermana de Grey,
ella conocía la historia, pero era ligeramente diferente, Grey le había contado
que Jake había matado a su hermana menor, le dijo que intentó detener a este de
huir, pero que Saray no había sido adversaria para él, el otro chico Eliot, era
amigo de Saray desde que eran pequeños, por eso quiso cobrar venganza, pero
Jake también había terminado con este.
Grey
le había asegurado que para Jake no presentaba ninguna dificultad matar a
alguien, pues ya con ocho años había matado a sus padres.
Le
habló sobre lo que Miranda había hecho por Jake, que lo sacó del hospital y le
dio un hogar, que le brindó protección, y él le pagó casi matándola.
Pero
en esa historia había una laguna, Nólan no aparecía.
Miró
al interior del coche y descubrió a todos durmiendo plácidamente, miró al
abuelo y al otro, a Juan, ¿por qué estaban ellos protegiendo a un asesino?, ¿y
por qué este a su vez deseaba proteger a ese anciano y a su nieta?
Miranda
sin duda lo haría mejor, Mar podría convertirse al fin en la amiga que siempre
había deseado tener, y juntas harían a Miranda feliz.
Miró
a Nólan y a Mar, ambos dormían plácidamente, como si realmente no estuviesen
cometiendo un delito, ¿por qué esa tranquilad en sus semblantes?, ¿por qué esa
paz si podían ser asesinados por lo que estaban haciendo?, incluso quizás hasta
por la misma persona a la que querían proteger.
Abrió
la puerta del auto y entró en el mismo, se sentó al lado de Mar, empujó a estos
para que Nólan quedara contra la otra puerta, viajaría con ellos hasta que
volvieran a los límites de la ciudad, allí buscaría la forma de regresar con
Miranda y poder volver a casa.
Se
acomodó en el asiento y miró hacía la oscuridad de la noche, no muy lejos del
coche y mirando fijamente al cielo, pudo ver la figura de Jake, lo contempló
hasta que lentamente cayó rendida al sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario